domingo, 9 de agosto de 2015

“Amadeus” una infamia con propósito, del Director Miloš Forman.

Por: Alfonso Rivera
El excelente compositor de origen italiano Antonio Salieri, nació en 1750 en la villa de Legnano a orillas del Po, perteneciente entonces a la República de Venecia, a los trece años había aprendido todo lo que se le podía enseñar siendo un gran virtuoso de la música. Por alguna razón que las crónicas no guardan, Franz Gassman, maestro de capilla del Sacro Imperio, visitó Venecia y tuvo conocimiento del joven Salieri que por entonces tenía 16 años. Como a sus oídos había llegado el extraordinario dote musical del muchacho, le concedió una audiencia y después de escuchar algunas de sus composiciones le ofreció una beca de estudios en Viena. 
Cuando Salieri llegó al palacio imperial acompañado por Gassman, acababa de asumir como emperador Josef II, quién inmediatamente apreció las cualidades musicales del joven. Es importante señalar, que a diferencia de la imagen que presenta la película Amadeus, de un emperador timorato, con escaso conocimiento musical, Josef II de Habsburgo, fue uno de los exponentes más cultos y menos déspotas del conjunto de gobernantes que constituyeron lo que la historia denominó el despotismo ilustrado. Conocedor de música, apreció las cualidades de Salieri y cuando Gassman murió, el emperador lo nombró Hofkapellmeister (palabra que designaba una persona a cargo de la creación musical).

Pero hablando de la película Amadeus, es sin duda, un buen films, ganadora de un Oscar de la academia de Hollywood que en su día disparó las ventas de discos de música clásica o también llamada música culta o académica. A pesar de ello y a juicio de muchísimos especialistas, esta película cometió una gran injusticia con uno de los personajes retratados en su argumento, el Compositor de la Corte y Maestro de Capilla Antonio Salieri.
En escenas de la película, Salieri es presentado como un músico mediocre que ve cómo el deslumbrante genio de Mozart le roba su prestigio y su posición en la corte. Esto genera en Salieri un odio visceral hacia el austriaco que le lleva a sabotear su obra y hasta a procurar la muerte de Mozart como una venganza hacia Dios, que no le había permitido brillar con luz propia al enviarle a aquel niño prodigio para eclipsarlo. Hay películas como Amadeus (1984, Milos Forman) que cuentan una versión de la historia mucho más trágica de lo que en realidad fue, dándole cabida al mito del asesinato cometido por Salieri, quien se muestra como un vengativo competidor incapaz de superar a un Mozart destinado a la gloria eterna. Dicha película tiene como argumento el que Salieri viviera para ver su obra arropada poco a poco por el olvido mientras que la de Mozart brillaba más con el pasar de los años, esto era un castigo divino por su envidia, pero en realidad no ocurrió así.

Nada más lejos de la verdad. Aunque es cierto que ambos compositores compitieron por su posición predominante en la corte, con ciertos roces que se pueden catalogar de normales dentro del gremio artístico, es absolutamente falso que Salieri tuviera la menor inquina contra su competidor. Cuenta la película que Salieri saboteó el estreno de Las Bodas de Fígaro, en 1786, porque así lo denunció en su día Mozart, pero no se cuenta en la película que dos años más tarde, al ser Salieri seleccionado como Maestro de Capilla, él mismo eligió la famosa ópera de Mozart para celebrar la ocasión. Tampoco se cuenta que Salieri se encontraba en París en el momento del estreno, con lo que difícilmente hubiera podido influir en el éxito o el fracaso de este estreno en Viena.

Para ese momento, Salieri era el compositor más popular en los teatros y salas de conciertos de Europa y su prestigio alcanzó el cenit en 1787 con su ópera Tarare. Incluso viviendo en la órbita de este genio que fue Mozart, Salieri fue reconocido como un gran maestro, y algunos de sus alumnos fueron figuras destacadas de la música del siguiente siglo, como Beethoven, Schubert, Liszt, Czerny o Hummel, por lo que se podría decir que tuvo una gran influencia sobre parte de la composición musical del romanticismo del XIX. Incluso alguno de los hijos de Mozart llegaría a ser pupilo de Salieri, lo que termina de desmontar la tesis de la enemistad acérrima de Salieri hacia Mozart. Además, la película se burla claramente de las dotes musicales de Salieri, cuando lo cierto es que Salieri fue un gran compositor, merecedor de un puesto de honor en la historia de la música. Su único problema fue haber vivido y desarrollado su talento en la misma época y en la misma corte donde asombraba al mundo aquel niño prodigio que era Mozart. 

Sin duda alguna, la verdad es que es difícil reconstruir todo esto, después de 200 años. Pero sí puedo atreverme a afirmar que la relación de Mozart y Salieri versó sobre una rivalidad, por otra parte, comprensible, entre dos compositores como ellos. Tengamos en cuenta también esa muerte temprana y rápida que ha hecho de la figura de Mozart una leyenda. Pero también podríamos mencionar el hecho de que el año de su muerte Salieri dejó de ejercer de compositor de ópera de la corte después de la muerte de José II pidió el relevo de su cargo como director de orquesta de palacio. Así es, muerto el monarca desaparecen todos los buenos y Salieri renuncia. 

Antonio Salieri trabajó en Viena durante veinte años y en este tiempo compuso casi treinta óperas que tuvieron un éxito tremendo en todo el continente. Así, durante los años que comprenden 1785 y 1790, sí podemos hablar de una rivalidad entre los dos compositores, que luchaban por conseguir la aceptación de los vieneses en el ámbito de la ópera italiana sin cambiar de cantantes. Salieri tenía un estilo totalmente distinto a Mozart: prefería la gran ópera del estilo francés. Gracias a sus obras más importantes se le consideró sucesor legítimo de su maestro, Gluck, algo maravilloso para un compositor italiano. De hecho, Mozart habla en varias de sus cartas de los triunfos de Salieri no sabemos en qué contexto. Aun así, cuando Salieri asistió a una representación de  La Flauta Mágica, se mostró muy entusiasmado con lo que era totalmente distinto a su estilo.


Pero ya concluyendo mi exposición e investigación sobre este hecho histórico por cierto redondeando de muchas imprecisiones, me surge la interrogante ¿cómo fue que éste respetable músico se convirtió en el presunto asesino de Wolfgang Amadeus Mozart? Nadie sabe con certeza, pero en sus últimas semanas de vida Mozart reportó creerse envenenado y culpó a las hostiles facciones italianas de la corte de Viena. La gente ató cabos y terminó señalando a Antonio Salieri. Ni siquiera sus colegas compositores pudieron resistirse a una historia tan buena. Hay menciones de ella en los cuadernos de conversación de Beethoven. Weber, el suegro de Mozart, la escuchó en 1803 y desde entonces trató desdeñosamente a Salieri. Aún después de veinte años la historia seguía rodando: Rossini hizo un chiste sobre el asunto cuando conoció a Salieri en 1822, aunque todo responde a puras teorías que no dejan nada por sentado, prestándose así para muchísimas especulaciones que han crecido a lo largo de los siglos creando así un gran efecto bola de nieve sobre algo que a todas luces no posee fundamento escrito y mucho menos histórico. Lo cierto es que Antonio Salieri fue mitificado más por una contienda que nunca existió con el gigante Mozart, que por su vasta obra musical.


Lic en Música, Alfonso Rivera
Docente Universidad Experimental de las Artes (Unearte) Caracas/Venezuela
Pianista profesional, arreglista, compositor,investigador, postgrado en gerencia cultural, articulista, multi-instrumentista.



domingo, 2 de agosto de 2015

"Caracas pórtate bien, diría el maestro Billo en tus 448 aniversario".

Por: Alfonso Rivera 
Para tener un poquito de idea, el valle dónde hoy vivimos casi 7 millones de personas estaba habitado por diferentes grupos indígenas que no poseían una identidad homogénea (de hecho no posean un liderazgo único). Cada "tribu" era manejada por un cacique y en época de guerra, se creaban alianzas bajo un solo gran cacique. Este valle rebosa de nombres de caciques famosos (Guaicaipuro, Terepaima, Chacao, Baruta, etc.) En 1562, Francisco Fajardo instaló cerca de lo que hoy sería Miraflores la hacienda "Santo Domingo", un primer intento de poblar la zona y de evangelizar a los habitantes del valle. La hacienda duró solo un par de años. Luego, en 1567, Diego de Losada llegó al valle tras conquistar y fundar poblaciones en la mayoría del territorio entre El Tocuyo y este valle nuestro. Y bueno, ahí comenzó una época de lucha tremenda contra los habitantes originales. Sin embargo, la urbanización de la zona prevaleció.
Mi amada Caracas, la Caracas del inolvidable Billo, entre pasodobles y merengues; la Caracas de Cabré, entre óleo y tela; la Caracas de Alejandro Colina, con las ancas de María Lionza que esta entre el arte y la fe; la Caracas del guzmancismo, del perezjimenismo y la Caracas de la desidia, de la libertad mal entendía, de la demagogia desmedida, de los muertos insepulcros, de los espantos que atraen la miseria y la soledad; La Caracas de los aduladores del poder que como plantas parasitarias van secando los sueños.
Mi amada Caracas cuyo nombre bautismal quedo grabado en un botalón en el año de 1567 por un capitán real, llamado Diego de Lozada, que quiso inmortalizar este pedazo de cielo en la tierra de Los Caribes, comandados por un cacique como Guaicaipuro que era pura fibra de orgullo y de libertad.
Mi amada Caracas de aquel hombre que era un soñador, un conquistador y un guerrero, que la historia ligera lo ha hecho criminal de aquel cacique que se inmolo por su dignidad y que ha quedado solo Caracas, la voz del indio que aún resuena en cada joven que protesta por su ideal. La Caracas señorial que se fue entre sus techos rojos y el amor de un pueblo que la ha olvidado, aunque hoy la empiezan a buscar entre la nostalgia de lo que fué y el amor de lo que será. Esa Caracas, es el nombre de la tribu que habitaba el Valle de Los Caracas, uno de los valles costeros contiguos a la actual ciudad por el norte. Esta tribu era conocida por los españoles asentados en la isla perlífera de Cubagua debido a sus expediciones esclavistas a esa costa entre 1528 y 1540, por lo cual se hizo palabra usual entre los españoles del oriente del país como referencia para toda la zona y con ello se generalizó el nombre a las tierras del área de Caracas.
Nuestra amada Caracas ha sido la cuna de grandes personajes importantes para la historia de Venezuela, como el Libertador Simón Bolívar quien nació en una casa entre las esquinas de San Jacinto y Traposos el 24 de Julio de 1783 y le diera la libertad a seis países suramericanos. Actualmente su casa natal es conservada como un museo. También está el recordado Francisco de Miranda, precursor de la Independencia de América, Andrés Bello, fundador de la Universidad de Chile y Simón Rodríguez, quien se desempeñó como ministro de la cultura de la naciente Bolivia; vale destacar que (Bello y Rodríguez) fueron maestros del Libertador.
Pero entre muchos amores que tuvo, tiene y tendrá Caracas nuestra sultana del Ávila o Guaraira repano como es conocida en la actualidad con su nombre original colocado por las tribus originarias que poblaban nuestro hermoso valle, se encuentra el gran maestro Luis María Frómeta, éste músico de origen dominicano le dedicó más de 12 canciones a la capital venezolana.
No hubo un músico más enamorado que él. Lo decía en cada entrevista que le hacían: el amor por la Caracas que lo acobijó en los años 30, cuando muy joven llegó de su natal República Dominicana a tocar un baile y se quedó, no terminaría ni siquiera cuando muriera. Y así fue. El día que le daban cristiana sepultura a Luis María Frómeta, tal como era su deseo, el último compás del Alma Llanera sonó sobre su tumba, cantado por una multitud que se reunió en el camposanto para acompañar a los músicos de la Billo's Caracas Boys en la interpretación.
Esa fue una de las tantas muestras de amor que el maestro Billo le dio a la capital, empezando por la utilización de su nombre en la orquesta que tantas satisfacciones le trajo y que ha puesto a bailar a millones de personas, tanto dentro como fuera del país, desde 1940. Si bien le dedicó versos a varias regiones del país, y a varios aspectos de la cotidianidad nacional, la capital siempre fué algo recurrente y especial para sus composiciones.
Canciones nostálgicas, otros cantos de admiración y algunos con picardía y pinceladas de humor. En valses, merengues caraqueños o pasodobles, muchos fueron los temas (más de 12) que el dominicano escribió a la ciudad: Caracas, Caracas vieja, El canto de Caracas, Sueño caraqueño, Caracas, pórtate bien, Caminito de Guarenas, La capillita de El Calvario, El Metro te lleva, En Caracas, Canto a Caracas, ¡Epa, Isidoro! y Nuevo Circo, entre otros. De todas, las últimas tres de las nombradas son de las más recordadas.
Canto a Caracas. Escrita en 1967, 21 años antes de morir, en sus estrofas Frómeta expresó el amor por la ciudad de los techos rojos al punto de afirmar que "para cantarte a ti, mi Caracas, puse al arpa todas las cuerdas de oro" y cosas por el estilo, en las que evocaba imágenes caraqueñas, muchas de las cuales, ahora, son sólo un recuerdo.



 

¡Epa, Isidoro! El tema fue escrito en ocasión de la celebración del Cuatricentenario de la capital a uno de sus grandes amigos. Era tal la afinidad que sentía con su amigo que era de las pocas canciones que Billo interpretaba en vivo. "¡Epa, Isidoro! buena broma que me echaste el día que te marchaste sin acordarte de mí serenata" decía la introducción del tema, razón por la cual en 1988 -cuando falleció el director de orquesta- muchos decían que había ido a su encuentro.


Caracas pórtate bien testimonio es este vals de que el Maestro presentía que la muerte se avecinaba para reclamar su alma. No quiso partir del mundo de los vivos sin dedicarle unas últimas líneas a su eterno amor, como cuando una pareja se separa porque las circunstancias lo obligan así. Majestuosamente el Maestro cerró ciclo con la ciudad que lo acobijó durante más de 50 años, pidiéndole "Caracas, pórtate bien” FELIZ CUMPLEAÑOS MI HERMOSA CARACAS.



Lic en Música, Alfonso Rivera
Docente Universidad Experimental de las Artes (Unearte) Caracas/Venezuela
Pianista profesional, arreglista, compositor,investigador, postgrado en gerencia cultural, articulista, multi-instrumentista.