domingo, 10 de julio de 2016

Hasta siempre maestro Alirio Díaz.



Por: Alfonso Rivera 
Cuando hablamos de la guitarra en Venezuela o el mundo es inevitable no hacer mención del fantástico guitarrista con fama mundial, como lo es el maestro Alirio Diaz con una carrera muy fructifera a lo largo de su vida como concertista de este hermoso instrumento dejando un legado y un vacio que será muy dificil de llenar en la mente y el corazón de todos. El maestro Alirio Díaz fue uno de los más importantes guitarristas de Venezuela reconocido a nivel mundial como la guitarra clásica del siglo XX y las primeras décadas del XXI. Su gran satisfacción fue llevar en alto el nombre de nuestro país, para interpretar los más sentidos temas del pentagrama popular venezolano y las más elevadas melodías de la música académica europea.

Alirio Díaz, hijo de Pompilio y de Josefa, nació en el caserío la candelaria el 12 de noviembre de 1923. Desde niño demostró excepcional cualidad para la música. Fué el octavo de los hijos de aquellos padres campesinos, demostró ya en la infancia sus aptitudes musicales y una espontánea curiosidad por todo lo que es cultura. A los dieciséis años abandona bruscamente el hogar paterno empujado por los deseos de vivir y estudiar en Carora, donde sigue sus estudios de 4°, 5° y 6° grado en la Escuela Federal Graduada Egidio Montesinos. Es cuando conoce al carismático luchador social, intelectual y periodista Cecilio (Chío) Zubillaga Perera, quien será el primero en descubrir la vocación fundamental de Alirio Díaz y quien hasta sus últimos años logró verlo como un artista realizado. Siempre obedeciendo los consejos de aquel mentor quién realmente fué su descubridor, el maestro Alirio viaja a Caracas en septiembre de 1945 e ingresa a la escuela superior de música José Ángel Lamas, donde tuvo como profesores a los maestros Pedro A. Ramos en teoría y solfeo, Juan Bautista Plaza de historia y estética musical y al no menos grande Raúl Borges de guitarra, en armonía a los gigantes Vicente Emilio Sojo y primo moschini.

Muy poca gente sabe que nuestro gran maestro de la guitarra mundial, don Alirio Díaz también se desempeñaba como ejecutante del clarinete, de esta manera es acogido en las filas de la banda marcial caracas, que dirigía el maestro Pedro Elías Gutiérrez, y el maestro Vicente Emilio Sojo lo incorpora en la fila de los tenores del gran orfeón Lamas, para sufragar los gastos de estadía y estudios en la gran capital caraqueña los músicos populares de la esquina de la Torre y de la magnífica orquesta de Cesar Viera en la Radio tropical lo llaman para trabajos profesionales, a lo cual se añadió un pequeño subsidio que, gracias al maestro Sojo, le fué otorgado por el Ministerio de Educación Nacional.



Tras concluir sus estudios en Venezuela, decide viajar a Europa para realizar un posgrado. Su trayectoria en el viejo continente comenzó en España en los años 50, mientras estudiaba  en el Conservatorio de Música y declamación de Madrid en el viejo continente, el maestro ofreció recitales de lujo en centros culturales de renombre, como el Ateneo de Madrid, la Alhambra de Granada, el Teatro Principal de Valencia, el teatro Español y el palacio de la música de Barcelona. Años después, se convertiría no solo en discípulo de uno de los referentes de la guitarra española, Andrés Segovia, sino que también llegaría a ser su asistente y su discípulo en la Academia de música Chigiana, en Siena, Italia. Fué España quien le dió el impulso para presentarse en varios países de Europa, como solista y acompañado por importantes orquestas sinfónicas del viejo continente.

El maestro Díaz además de interpretar los más importantes conciertos para guitarra y orquesta del mundo académico como el Concierto de Aranjuez, también fue un incansable embajador  de la música popular latinoamericana y venezolana. Fué dirigido por importantes directores de orden mundial como Rafael Frühbeck, Leopold Stokowski, Andre Kostelanetz y por el gran  Sergiu Celibidache.

Durante estas actividades el maestro Alirio Díaz fue tomando conciencia del alto valor de las manifestaciones musicales populares, y siguiendo las huellas de Vicente Emilio Sojo, en sus viajes a Venezuela dedicaba gran parte de su tiempo a la recopilación de cantos de origen popular, muchos de los cuales, luego de cuidadosas armonizaciones guitarrísticas, eran y siguen siendo interpretadas ante públicos de todo el mundo. De las mismas quedan ediciones y grabaciones discográficas. También hay que mencionar las investigaciones realizadas desde un punto de vista musicológico sobre el mismo argumento popular, gran parte de las cuales están publicadas en sus libros de música y en diversos periódicos y revistas venezolanas, y en su obra autobiográfica “Al divisar el humo de la aldea nativa”.

Su legado musical ahora es inmortal y reposa en sus obras, en sus conciertos, en sus numerosos alumnos, así como el Concurso Internacional de Guitarra Alirio Díaz, que se realiza en Venezuela, y en el Concurso Internacional de Guitarra Alirio Díaz para Jóvenes Guitarristas, que se lleva a cabo en Italia.
Buen viaje gran maestro, mi guitarra llorará su partida pero entenderá que era hora de interpretar en otros escenarios.





                                                                                                            
        
 Lic. en Música Alfonso Rivera
        Docente Universidad Experimental de las Artes (Unearte) Caracas/Venezuela. Pianista profesional, 
 arreglista, compositor, investigador, postgrado en gerencia cultural, articulista, multi-instrumentista.

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